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Te ha pasado que de repente pasa algo que no tiene importancia pero que empieza a producir cambios y cambios y cambios. De un segundo a otro cambias tu vida y de hecho ni siquiera es porque lo decidas muy conscientemente que digamos, sólo haces algo que desemboca en mil cosas más. Así fue que dejé de hablar contigo. Bueno, además de que ya no sabía bien qué hacer con nuestra relación fue un poco de destino.

Un minuto estaba hablando contigo y al siguiente ya no te contesté y no te contesté y no te contesté. Ahora además pasa que si lo hago no sabría que decirte, porque lo que es evidente es que te gustaría una explicación, pero yo no tengo ganas de dártela xq además no hay una muy sólida que digamos.

Supongamos entonces que el espacio que necesito, ahora es forzoso. Creeme que no lo hago por lastimarte, de hecho me siento fatal. Lo malo es que no es que me sienta mal xq quiera estar a tu lado, sino que me siento mal por hacerte daño. Eso es como tortura para mí. Tú siempre crees que soy mala, yo me la paso intentando que veas que soy diferente pero aún así buena, y al final, en la desesperación de nuestra relación disfuncional, termino haciéndote daño y entonces soy la mala. Es desgastante porque a tu lado siempre soy una terrible persona.

Me entiendes ahora? Desgraciadamente, sacas mi lado malo. No funcionamos y por más que yo te quiera esto tiene que cambiar. No sé que va a pasar mañana pero ojalá que sea algo muy bueno para los dos.

Feliz año nuevo anticipado!