jueves, 22 de enero de 2009

respuesta larga

Iba a comentar el blog de yahuas, pero en eso empezé a escribir mucho y pensé mejor convertirlo en un post. Así, ya habré escrito como lo pedía Aldo y también le habré contestado. Bueno pues la onda está así y va para la entrada que se trata de las viejas que se agarran tipos más grandes y esa pendejada de la regla de los cinco años. Por cierto, qué regla ni qué regla. Esos parámetros sólo los puede concebir una niña que toma café en Society toooodo el día, o alguien de pueblo que también toma café con sus amiguitas tooodo el día.

Espérate unos añitos y al rato van a ser ustedes los hombres las que se las agarren cinco, o diez o quince años más chicas para que no huelan a cuarto de asilo, no tengan las "chistosas" en las rodillas, tengan ganas de dar 7 brincos diarios y un culo que le de envidia a todos sus amigos.

Si la cosa es no hacerse el que la virgen le habla. Al principio todo lo que tú dices, pasa por nosotras cabronas y ustedes pendejos, y 15 años después, pasa por ustedes cabrones y nosotras aguadas.

Ni pedo...

miércoles, 7 de enero de 2009

Anina 1999

Sería de lo más raro para mí que te casaras con una gringuilla. Bueno, que te casaras punto. No sé qué me pasa que cuando sé de tí, te extraño... y no sé bien qué es lo que extraño porque ya no me acuerdo mucho de cómo éramos juntos. Me acuerdo que pasábamos mucho tiempo en tu cuarto viendo la tele o platicando, que nos gustaba mucho ir al cine, me acuerdo de cómo bailabas, de cuando me tapabas la cara con tu mano, de cuando te soplaba tus propias canciones sentada detrás de tí en el rancho... Tiré muchas cartas tuyas, aún así me quedé con un chingo.

Creo que este febrero se cumplen 10 años de cuando empezamos a andar, is that right? Han pasado tantas cosas y lo más probable es que ya no tengamos nada en común. Aunque no sé bien si es que nuestra relación se basaba en comunes denominadores, se me hace que no.

Qué raro escribir de tí, qué raro acordarme de pronto de tantas cosas tan pequeñas. Cuando le pusimos nombre a Kafka, cuando nos empezamos a decir Bei ( she always wanted to bei jajaja), la vez que chocamos porque me enseñabas los skittles, o algún dulce del estilo, que traías en la boca, cuando salíamos a escondidas, cuando me decías que olía a pan... Basta de hacer lista porque puedo decir un chingo de cosas y no tiene sentido.