Parece que me he colgado un cascabel al cuello.

Cuando llego a mi casa me vuelvo una verdadera multitasker. Quién sabe cómo me da el cuerpo y la mente para hacer un montón de cosas a la vez. Probablemente sea por esa forma de vida que llevo 4 días comiendo y cenando pizza, o talvez sólo porque exageré en el pedido del martes y tengo muy alto el umbral del aburrimiento del gusto. En fin, caliento pizza mientras aviento los zapatos en direcciones inesperadas, hago alguna que otra llamada, me doy cuenta de que Betty vino hoy y que todo está limpio, en lo que dura el micro en funcionamiento corro por unos pants, pongo a cargar la cámara, me prendo un cigarro, regreso a la cocina y con pizza en mano, regreso a mi cuarto a ver la tele, comer y checar mi mail. Y hoy hice todas esas tonterías pensando en lo triste que es que nos hayamos tenido que alejar así.