Estoy del otro lado de la frontera y es que sólo me separa un pasillo de aquél grupo de personas que sí se la pasan bien en el trabajo. En primer lugar, no tienen que hacer uso de ropitas ridículas e incómodas; en segundo, pueden estar echando el coto todo el día con la justificación de que están "peloteando"; en tercero, tienen acceso a múltiples páginas de recreación que los demás no tenemos; en cuarto, me caen rebien. Así que, concluyo que ser creativo es la onda.
No importa, con poderlos escuchar cantar, me conformo. Saludos a Chente, Jugo, Kenji, etc.
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